El intento de asesinato a Donald Trump refleja la desesperación en EE.UU., donde el bipartidismo ha sumido al país en un vacío político y caos. Tanto Kamala Harris como Trump manipulan a la clase trabajadora con discursos divisivos, mientras ideologías imperialistas como las que motivaron el ataque en Florida se propagan. Esta crisis es una señal de la descomposición del capitalismo y la decadencia de la democracia burguesa.

El reciente debate entre Kamala Harris y Donald Trump vuelve a evidenciar las limitaciones del bipartidismo en EE.UU. Más que un intercambio de ideas, fue un espectáculo vacío, marcado por ataques personales y populismo. Ninguno de los candidatos presentó propuestas que respondan a las verdaderas necesidades de la clase trabajadora, que sigue siendo la gran perdedora en un sistema que prioriza los intereses de las élites políticas y económicas. Para romper este ciclo, es esencial que la clase trabajadora se organice de manera independiente y luche por un cambio estructural.

Kamala Harris, en la convención demócrata, intentó proyectar inclusión y cambio, pero su discurso encubre la realidad de un Partido Demócrata al servicio de la élite. Mientras promete justicia social, perpetúa políticas que benefician a los ricos y una agenda militarista que agrava conflictos globales. Las protestas en Chicago evidenciaron la desconexión entre sus palabras y las verdaderas luchas de la clase trabajadora.

En un panorama político donde las etiquetas ideológicas se distorsionan y vacían de contenido, es esencial desenmascarar a quienes, bajo el disfraz de socialistas, en realidad defienden los intereses de la élite capitalista. Desde Puerto Rico hasta Estados Unidos, figuras como Juan Dalmau y Alexandria Ocasio-Cortez han sido usadas para engañar a la clase trabajadora, presentando una falsa narrativa de representación.

El colapso del orden social capitalista en EE.UU. se refleja en la imposición de Kamala Harris como candidata demócrata, manipulada por élites que ignoran la voluntad popular. Este artículo desenmascara la farsa democrática del bipartidismo y subraya la necesidad urgente de crear organismos políticos independientes que representen genuinamente a la clase trabajadora.

CenterPoint Energy ha solicitado un aumento en las tarifas eléctricas tras el Huracán Beryl, generando indignación en Houston. Este incremento refleja cómo las empresas privadas priorizan las ganancias sobre el bienestar comunitario. El artículo advierte a Puerto Rico sobre la gestión de LUMA Energy y Genera PR, y propone medidas urgentes para proteger a las comunidades afectadas.

Benjamin Netanyahu fue recibido en el Congreso de EE.UU., desatando protestas masivas contra su régimen genocida en Palestina. Justificó el genocidio y pidió más fondos para armar a Israel. Con más de 39.000 muertes en Gaza, esta visita refleja la crisis moral y política de EE.UU. y su complicidad bipartidista en el genocidio.

En la Convención Republicana, Donald Trump y otros líderes adoptaron un discurso pro-clase trabajadora, en un intento por atraer a este sector. Sin embargo, las políticas históricas del Partido Republicano han sido antiobreras, generando dudas sobre la autenticidad de sus promesas. La clase trabajadora necesita un liderazgo genuino que aborde sus problemas sin recurrir a la demagogia y promesas vacías de los partidos capitalistas.

Joe Biden renuncia a la candidatura presidencial tras un mal desempeño en el debate contra Trump y la presión de líderes demócratas. Aunque algunos critican sus deficiencias cognitivas, el verdadero problema es su apoyo a políticas capitalistas y guerras imperialistas. Su legado deja promesas incumplidas y decepción en la clase trabajadora. Con su salida, se hace más urgente la necesidad de espacios políticos independientes.

El atentado contra el expresidente Donald Trump, catalogado como terrorismo doméstico, fue perpetrado por Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años abatido por el Servicio Secreto. Durante el evento en Pensilvania, también murió un exbombero y otra persona resultó herida. Los republicanos culparon inicialmente a la izquierda, aunque Crooks estaba registrado como republicano y había donado $15 al Partido Demócrata. Este incidente resalta la doble moral en el tratamiento de la violencia y el colapso democrático en EE.UU. La clase trabajadora rechaza la violencia y la narrativa que intenta convertir a Trump en un héroe nacional.