Elecciones en Venezuela: Entre Dudas y Acusaciones de Fraude

por Bianca Morales

El mundo entero sigue atento a las elecciones del pasado domingo 28 de julio de 2024 en Venezuela. La situación ha provocado manifestaciones en diversas calles de las principales ciudades, alimentadas por las dudas del pueblo sobre el proceso electoral y el oportunista clamor de fraude por parte de la derecha, que busca justificar una intervención estadounidense en el país.

La oposición liderada por la deechista María Corina Machado. La oposición derechista de Edmundo González y María Corina Machado afirma que el CNE no ha presentado las actas. Estas acusaciones, destinadas a posicionar a la derecha, no son del todo ciertas y buscan sembrar dudas como en elecciones anteriores.

En medio de esta falta de claridad, resurgen tanto el oportunismo burgués de los aliados de Estados Unidos como los reformistas que respaldan al Gobierno Bolivariano. La cuestión de las actas electorales está en el centro de la controversia. Hasta ahora, el gobierno bolivariano ha subrayado que todas las actas están en manos de los partidos y mesas electorales. Sin embargo, la oposición, liderada por la reaccionaria imperialista María Corina Machado, insiste en que estas actas no se han presentado por el CNE. Es crucial señalar que las afirmaciones de Machado no son del todo ciertas y representan una táctica para posicionar a la derecha en el poder. La historia de estos grupos reaccionarios es bien conocida en Venezuela por sembrar dudas en procesos electorales anteriores.

Es innegable que existen dudas sobre el proceso electoral antes, durante y después de las elecciones. No podemos ignorar la exclusión de líderes obreros y grupos revolucionarios por parte del gobierno bolivariano. Sin embargo, esto no debe interpretarse como un respaldo al oportunista llamado de fraude de Machado, que es una falacia. No hay fundamento para declarar fraude en este momento. Grupos sindicales como La Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) y el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT) han destacado esta diferencia, distanciándose de la posición de la derecha pero instando al gobierno bolivariano a aclarar las dudas que persisten en el pueblo.

"Si bien es cierto no respaldamos a ninguna de las dos opciones burguesas que polarizaron la contienda electoral (ni la del Partido Socialista Unido de Venezuela ni la de la Mesa de la Unidad Democrática), estamos convencidos de que la paz y la democracia exigen transparencia y respeto a la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano", alegan los grupos sindicales.

En esa misma línea de oposición diferente al llamado de fraude electoral de la derecha con respecto a las actas, diversas organizaciones sociales, revolucionarias y obreras han señalado puntos sustanciales que dirigen las exigencias y buscan aclarar las dudas del pueblo en lo siguiente:

  1. El Boletín N°1, que leyó Amoroso la madrugada del 29, no se imprimió en la Sala de totalización, en presencia de testigos de los partidos, como señala el protocolo que se debió realizar.

  2. La denuncia del equipo de otro de los candidatos que señala que el resultado anunciado por Amoroso, dando por ganador al actual presidente Nicolás Maduro, no se corresponde con la totalización del 80% de las actas que están en su poder.

  3. La proclamación de Nicolás Maduro como Presidente electo, pese a que faltaba por totalizar un 20% de las actas (equivalente a más de 2 millones de votos).

  4. La denuncia del presidente del CNE de un hackeo masivo de la plataforma electoral considerada invulnerable, lo que implicó la interrupción de la transmisión de datos el 28. 

  5. La no publicación de los resultados desagregados, mesa por mesa, tal como ha ocurrido a las pocas horas de procesos anteriores, con lo cual se impide la verificación ciudadana sobre el proceso.

Estas afirmaciones detalladas son hechas por las siguientes organizaciones: La Otra Campaña, Voces Antiimperialistas, el Bloque Histórico Popular, Movimiento Popular Alternativo, el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora y el Partido Comunista de Venezuela.

Estas organizaciones también destacaron que en el pasado las contiendas electorales en Venezuela han sido reconocidas y bien calificadas a nivel internacional. Como observadores y participantes del proceso, entienden que estas elecciones han dejado ciertas características diferentes a décadas de transparencia democrática que identificaban al Consejo Nacional Electoral (CNE).

Cabe destacar que el CNE es un ente gubernamental que representa a todos los sectores que gobiernan la política venezolana, no solo al PSUV sino también a la derecha, quien tiene representación significativa. En esta burocracia burguesa se encuentra atrapado el proceso electoral, en una disputa entre el PSUV y la oposición de derecha, con el CNE en el centro. Ambos sectores han utilizado el CNE para señalar culpas, pero es un error clamar fraude en este momento.

Ante esto, las organizaciones anunciaron que el próximo sábado 3 de agosto se realizará en Caracas una asamblea para la constitución de un frente democrático-popular «para la defensa de la Constitución y la soberanía».

Las dudas han sido significativas y el pueblo ha levantado sus voces en las calles. Manifestaciones que no pueden juntarse en una sola canasta, ya que representan diferencias en cuanto a su composición política en la que se destacan sectores de trabajadores/as de mayor remuneración económica o de capas medias y altas de la clase trabajadora que por tradición han apoyado a la derecha, versus otros manifestantes provenientes de barrios y capas más pobres de la clase trabajadora que son y han sido seguidores del chavismo por años y, ante las dudas, han salido a la calle.

La presión del pueblo, que cada vez se divide más en las contiendas electorales, ha hecho que el gobierno bolivariano haya decidido avocar el proceso. Así lo reconoció Nicolás Maduro al destacar que se someterán al tribunal y al CNE para entregar todas las actas, mencionando que los 10 candidatos están convocados para que presenten sus actas.

Lo que debemos observar como clase trabajadora consciente es la inutilidad de unas elecciones controladas por dos sectores burgueses que usan la democracia electoral como un juego burocrático, mientras el pueblo se enfrenta en las calles.

Esta democracia burguesa es absurda y pone a la clase trabajadora en una encerrona. La falta de transparencia evidencia la debilidad de la democracia burguesa. Un gobierno verdaderamente revolucionario no habría participado en este juego político, dejando el control del CNE en manos de la burguesía imperialista. Un gobierno de la clase trabajadora usaría los poderes estatales para ampliar la democracia, dando control a diversos sectores obreros para supervisar la voluntad popular en las elecciones. El juego de señalar culpables es característico de la burguesía y su falta de transparencia democrática.

Reiteramos que cualquier sector burgués que gane las elecciones en Venezuela implicará para la clase obrera el mismo reto de avanzar en la organización de cuerpos políticos independientes.

Debemos usar estas experiencias para construir una democracia en favor de la clase obrera, evitando el control de los procesos electorales por sectores que generan dudas y llamados a fraude. La clase trabajadora a nivel mundial debe confiar en que las bases obreras del PSUV puedan radicalizarse y aprender de esta experiencia sobre la debilidad de la democracia en el aparato estatal burgués. Debemos aspirar a un poder democrático pleno, logrado únicamente cuando la clase trabajadora revolucionaria tome las riendas políticas en cada uno de sus procesos para generar una democracia en base a nuestros intereses como clase mayoritaria que produce las riquezas.

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