La Privatización de la Energía Eléctrica y el Papel de los Medios de Comunicación en Puerto Rico

por Isabelino Montes

Se desata la guerra mediática burguesa en Puerto Rico cada vez que se acerca un proceso electoral. En el marco de una sociedad burguesa, el marketing político toma las riendas de los medios de comunicación, con discusiones y campañas que alimentan la defensa del sistema capitalista. Los intelectuales y analistas políticos se alinean con las ideas de una clase que defiende sus intereses económicos, trazando el curso de una sociedad profundamente desigual.

Las estaciones de radio, televisivas, redes sociales e incluso los artistas se suman a la discusión, mientras los programas luchan por conseguir que los candidatos se presenten a ser entrevistados. Muchos periodistas, desde los más serios hasta los más comprometidos con los intereses empresariales, se alinean con la defensa del capitalismo y su régimen de propiedad privada.

Si miramos el caso específico de Puerto Rico, encontramos una clara relación entre la prensa, la burguesía y los políticos. Por ejemplo, vemos a Rivera Schatz y García Padilla en Telemundo, Aníbal Acevedo Vilá en Radio Isla y Jay Fonseca, quien también ha sido vocero de la privatización de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), además de mantener vínculos con Jennifer González. Rubén Sánchez, con su cercanía al PNP, y otros más se suman a esta lista interminable de conexiones entre los medios de comunicación y los representantes políticos de la burguesía.

Un caso reciente que expone estas relaciones es el de Sixto George, quien vendía espacios de tiempo en televisión y radio para políticos corruptos. Este ejemplo evidencia que los medios no son neutrales, sino que representan los intereses de una clase social económicamente dominante.

El caso de la privatización de la AEE es ilustrativo. La prensa jugó un rol crucial en criminalizar a los trabajadores de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), presentándolos como responsables de la crisis energética. Con esta narrativa, lograron que la opinión pública aceptara la privatización como la solución más conveniente. Hoy, los mismos medios que apoyaron esa privatización intentan lavarse las manos ante el desastre que ha traído LUMA Energy.

Este juego de intereses se revela en el evento televisivo "Puerto Rico ante la quiebra: ¿qué nos espera?", transmitido en 2016 por WAPA TV, Telemundo Puerto Rico y Univisión Puerto Rico. Este programa especial discutió la crisis fiscal de la isla, y uno de los temas fue la privatización de la AEE, apoyada abiertamente por las cadenas. Esto demuestra cómo la prensa forma parte activa de la maquinaria ideológica que promueve las ideas capitalistas, legitimando la privatización como una necesidad social.

La prensa criminalizó a los trabajadores de la UTIER, responsabilizándolos de la crisis energética y facilitando que la opinión pública aceptara la privatización de la AEE como solución. Hoy, esos mismos medios intentan desvincularse del desastre causado por LUMA Energy.

La función de los medios en una sociedad capitalista no es otra que reproducir las ideas de la clase dominante. Los medios forman la opinión pública desde una perspectiva burguesa, ocultando la verdadera naturaleza del sistema económico y desviando la atención de sus profundas fallas. Las elecciones y la política se limitan a ser un espectáculo mediático, una cortina de humo que esconde la explotación y la injusticia estructural.

La prensa, en manos de los capitalistas, caracteriza el colapso de la democracia en Puerto Rico. Los medios, al igual que las elecciones, son parte de un sistema que solo sirve a los intereses de unos pocos. La verdadera democracia en los medios solo puede alcanzarse cuando la clase trabajadora tenga el control de estos, convirtiéndolos en herramientas para la organización y la lucha social.

No necesitamos a figuras como Jay Fonseca ni a los corruptos que la prensa contrata para dictarnos las políticas que debemos asumir. Es la clase trabajadora la que debe tomar el control de los medios de comunicación, estableciendo una red de medios de comunicació democráticos al servicio de las necesidades de las comunidades y de los trabajadores/as.

Un junte mediático revolucionario, compuesto por periodistas comprometidos con la transformación social, es crucial para emancipar el periodismo de la visión burguesa y contribuir al despertar de la conciencia de la clase trabajadora. Solo así podremos construir una sociedad verdaderamente democrática y justa, en la que los medios no sirvan a los intereses de la burguesía, sino a los del pueblo trabajador.

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