Nuevo ataque a Trump: Producto del Obsoleto Bipartidismo en EEUU

por Bianca Morales

El reciente intento de asesinar a Donald Trump refleja la creciente desesperación que el pueblo estadounidense enfrenta ante el vacío político que ha sido prolongado durante décadas por el bipartidismo. Las últimas campañas electorales en Estados Unidos no han sido más que un espectáculo violento, plagado de acusaciones sin fundamento y mentiras descaradas. Por un lado, Kamala Harris, quien ha manipulado la narrativa para parecer contraria al genocidio en Palestina, oculta sus profundos lazos con el capital financiero y belicista que promueve dichos ataques mientras se esfuerza por retratarse como parte de la clase trabajadora. Por otro, Donald Trump, que en su último debate, avivó las llamas del racismo, intensificando aún más la rabia y la división entre la clase trabajadora. Ambos fenómenos son síntomas del colapso inminente del bipartidismo en Estados Unidos.

El sospechoso del ataque en Florida es Ryan Routh, un hombre de 58 años oriundo de Hawái. Su historial de declaraciones en redes sociales y sus conflictos con la ley han salido a la luz. Routh ha sido un ferviente defensor de Ucrania en su guerra contra Rusia, lo que demuestra cómo las ideologías belicistas del imperialismo estadounidense, promovidas tanto por republicanos como demócratas, han permeado la conciencia de las personas. Este caso muestra crudamente cómo las masas internalizan la lógica imperialista de ambos partidos, destacando la influencia del bipartidismo en el imaginario colectivo de la población.

Las campañas violentas del bipartidismo dejan en evidencia que el capitalismo ha alcanzado tal nivel de descomposición que ni siquiera cuenta con candidatos serios entre republicanos y demócratas. Las ideas que defienden solo recurren a la guerra, al odio, a la división entre la clase trabajadora y al rescate de un modo de producción capitalista ya moribundo. El caos resultante ha exacerbado los problemas emocionales en una nación que parece estar fuera de control. Los verdaderos responsables de este desmoronamiento son los dos principales partidos políticos, que, en su afán por mantener el sistema capitalista a flote, continúan protegiendo los intereses de la burguesía, la clase dominante, y alimentan la desesperación de las masas trabajadoras.

Estos signos de resistencia ante un sistema económico obsoleto, que perpetúa la desigualdad, dejan claro que la clase dirigente no aceptará su destrucción de manera pacífica. Para ganarse la simpatía de las masas ante el colapso, ambos partidos fomentan debates que alimentan el odio, creando así las condiciones para una guerra racial entre la población.

Las consecuencias de este colapso son evidentes. Los republicanos intentan justificar sus expresiones xenófobas contra los haitianos, mientras Kamala Harris aprovecha la situación para limpiar su imagen bélica. Este deterioro de la democracia estadounidense, gobernada por la clase adinerada, revela cómo las campañas políticas del bipartidismo están financiadas por multimillonarios. En este espectáculo de decadencia democrática, es la clase obrera la que paga el precio, atrapada en un discurso lleno de mentiras que la hace aún más vulnerable al odio y a la división.

Sin embargo, hay una salida ante esta farsa de la democracia burguesa. La clase trabajadora puede y debe superar las ataduras del bipartidismo mediante la creación inmediata de Comités de Trabajadores en cada centro de trabajo y en las comunidades. Solo a través de estos espacios de organización podremos construir un programa político ajustado a los intereses de las mayorías trabajadoras y emanciparnos de una democracia que ha sido secuestrada por la clase multimillonaria. Solo así podremos acabar con un sistema que ya no tiene nada que ofrecer y construir un futuro digno para las masas trabajadoras.

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El espejismo electoral en Estados Unidos: Cómo el bipartidismo traiciona a la clase trabajadora