Estados Unidos abre las puertas del Congreso a un Genocida: Benjamin Netanyahu
por Bianca Morales
En Washington, Estados Unidos, se le abrió las puertas del Congreso al líder de una de las guerras más genocidas de los últimos tiempos: el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. La visita desató una ola de protestas, con miles de personas instaladas frente al Congreso para denunciar los actos genocidas que Netanyahu dirige contra el pueblo palestino. Las manifestaciones culminaron con arrestos, entre ellos rabinos que se oponen a las acciones genocidas de Israel contra Palestina. "Los judíos de todo el mundo condenan la sangrienta brutalidad de Israel", "VivaPalestina libre", se leía en los carteles y se escuchaban en los gritos de los manifestantes.
En su discurso, este criminal de guerra, al que Estados Unidos le abrió sus puertas, llamó "idiotas" a los manifestantes congregados a las afueras del Congreso, calificándolos de "idiotas útiles de Irán". A pesar de que muchos demócratas se opusieron a participar del discurso de Netanyahu en el Congreso, no es menos cierto que han sido voceros de las provisiones y ventas de armas que Estados Unidos ha enviado a Israel por largos años. Tanto demócratas como republicanos son cómplices del genocidio en Palestina.
La crisis democrática en Estados Unidos es tan significativa que rompe récords al permitir que un genocida hable cuatro veces en el Congreso. Esto, mientras el mundo entero se opone al genocidio en Gaza, según declaraciones institucionalizadas por las Naciones Unidas. Aun así, Estados Unidos le da la bienvenida a un líder acusado de genocidio.
El discurso de Netanyahu se centró en justificar el genocidio y en mantener su incansable petición de que Estados Unidos siga aprobando presupuestos para continuar armando a Israel. De forma descarada, este genocida, amigo y socio de Estados Unidos, llegó a pedir más dinero para perpetuar la guerra y seguir derramando sangre. El lunes, el Ministerio de Salud de Gaza reportó que la cifra oficial de muertes ha superado las 39.000, en su mayoría mujeres y niños. Casi 90.000 personas han sido heridas.
La visita de Netanyahu ilustra el colapso de los gobiernos capitalistas y la resistencia de Estados Unidos en mantener su posición como país imperialista. Esto pone en duda la verdadera democracia en un país que, supuestamente, es el más democrático del mundo. Las declaraciones de la comunidad internacional y las Naciones Unidas se oponen firmemente a la guerra en Palestina. Sin embargo, se permite que su principal responsable venga a promocionarla en el Congreso de Estados Unidos.
Esta situación refleja una profunda crisis moral y política en la cual la defensa de intereses imperialistas prevalece sobre los derechos humanos y la justicia internacional. Mientras tanto, el pueblo palestino continúa sufriendo una de las peores tragedias humanitarias de nuestro tiempo, con el apoyo tácito y explícito de la falsa democracia a nivel internacional y de Estados Unidos.