Wall Street le pone un alto a la política arancelaria de Trump
Por Nexo Revolucionario Media
Donald Trump ha sido frenado por Wall Street. Su retórica amenazante sobre imponer aranceles a quienes no inviertan en EE.UU. se ha encontrado con la resistencia del capital financiero, exponiendo una vez más las contradicciones internas del capitalismo estadounidense.
Este choque entre Trump y el sector financiero confirma cuatro realidades clave:
• La industria manufacturera de EE.UU. fue trasladada al extranjero, debilitando su capacidad productiva.
• La verdadera fortaleza del capitalismo estadounidense está en el capital financiero, no en la producción.
• Ir en contra de las reglas del mercado capitalista global es inaceptable para la burguesía financiera.
• Se confirma el declive del imperialismo estadounidense.
El pasado lunes, las acciones en Wall Street cayeron ante la inminente aplicación de los nuevos aranceles decretados por Trump. Su estrategia proteccionista no solo es obsoleta dentro del marco capitalista, sino que además amenaza con desatar una guerra económica con México, Canadá y China.
¿Qué son los aranceles y quiénes pagan realmente su costo?
Un arancel es un impuesto sobre las importaciones que busca proteger la economía local o cumplir objetivos políticos. Históricamente, los aranceles fueron herramientas clave en el mercantilismo para acumular riqueza y proteger industrias nacionales. Sin embargo, en el capitalismo globalizado actual, estas barreras resultan un obstáculo para la libre circulación de mercancías y capital.
Desde la lógica del capital, los aranceles son un problema. Wall Street vive de la especulación y el flujo continuo de dinero, y estas medidas proteccionistas interfieren con ese proceso. Por eso, aunque Trump intenta imponer su visión de una economía cerrada y nacionalista, el capital financiero global lo detiene.
Pero incluso con este freno, la amenaza sigue latente. Si bien los aranceles afectan directamente a México, Canadá y China, quienes terminarán pagando el costo real serán los trabajadores y trabajadoras de estos países y de EE.UU.
”Acuerdos” entre México, Canadá y Estados Unidos
Luego de la caída de las acciones en Wall Street el Lunes en la mañana Trump anunció que había llegado a unos acuerdos con México y Canadá qué pospondrá los aranceles por 30 días. Pero mejor dicho fue obligado a echar hacia atrás las amenazas de aranceles por las fuerzas del verdadero poder, el mercado de Wall Street.
La verdadera historia es que los supuestos acuerdos que logró Trump con México y Canadá son medidas que ya habían sido logradas en el pasado y otras que ya iban a entrar en vigor.
Por ejemplo, México anunció que va a desplegar 10,000 tropas de la Guardia Nacional para evitar el flujo de fentanilo, migrantes hacia Estados Unidos, mientras que a su vez EEUU controlará el flujo de armas ilegales hacia México. Medidas similares ya habían sido acordadas durante el primer mandato de Trump y también con Biden.
Por otra parte, el gobierno de Canadá se comprometió a un paquete de inversión de 1.3 billones de dólares canadienses para proteger la frontera al norte de EEUU. Drones, helicópteros y un zar del fentanilo para controlar el flujo de esta droga a EEUU.
La realidad es que este plan ya había sido firmado por Canadá desde Diciembre del año pasado. Trump no logró nada, solamente evidenciar una vez más que el mercado capitalista organizado en Wall Street es el que manda. Y que las políticas proteccionistas, no son del interés de los capitalistas.
La estrategia económica de Trump: un fracaso anunciado
El proteccionismo económico de Trump no es solo anacrónico, sino que es parte de una ofensiva mayor con tintes ultranacionalistas. Su retórica de "America First" busca restaurar un poderío económico imposible de recuperar en un mundo globalizado.
El pasado 1 de febrero, Trump firmó una nueva orden ejecutiva imponiendo aranceles del 25% a las importaciones desde México y Canadá, y del 10% a China. Aunque en un principio contemplaba un impuesto similar sobre el petróleo canadiense, decidió excluirlo para no afectar los intereses de magnates como Elon Musk, quien financia su administración.
Joseph Stiglitz, economista y premio Nobel, advirtió que “prácticamente todos los economistas coinciden en que el impacto de los aranceles será desastroso para EE.UU. y el mundo”. La razón es clara: estas medidas dispararán la inflación, encarecerán los bienes de consumo y profundizarán la crisis económica.
El impacto directo en la vida de la clase trabajadora
Los productos importados de México sostienen el suministro de frutas y verduras en EE.UU. Si los costos de importación aumentan, el precio en los supermercados se disparará. Lo mismo sucederá con la industria automotriz, que depende de piezas ensambladas en Canadá. El resultado: mayor inflación, salarios estancados y una reducción aún mayor del poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Los trabajadores agrícolas en Canadá y México también verán sus empleos amenazados, mientras que en EE.UU., las industrias que dependen de mano de obra inmigrante enfrentarán una crisis aún mayor. En Puerto Rico, donde los productos importados ya tienen costos elevados por las leyes de cabotaje, el impacto será devastador.
El asalto de los monopolios tecnológicos al gobierno de EE.UU.
La ofensiva de Trump no se limita a la economía arancelaria. Bajo el disfraz de la "eficiencia gubernamental", su administración ha entregado el control del Departamento del Tesoro a Elon Musk. Esta toma por asalto del sistema financiero federal permite a los monopolios tecnológicos influir directamente en la política económica.
Este control se traducirá en recortes masivos a programas esenciales como SNAP, WIC y subsidios de salud. Mientras la clase trabajadora sufre inflación y despidos, la élite financiera acumula aún más riqueza.
La verdadera estrategia de Trump no es fortalecer a EE.UU., sino consolidar el poder de los capitalistas tecnológicos y aquí Wall Street no tiene problemas. Como en la Edad Dorada del siglo XIX, los multimillonarios gobiernan sin intermediarios, asegurándose de que la crisis la paguen los trabajadores mientrás Wall Stret hace circular el dinero.
¿Qué hacer ante esta ofensiva?
La clase trabajadora no puede esperar soluciones de los demócratas, quienes representan al mismo capital financiero que ha frenado a Trump en el detalle de los aranceles ya que está deteniendo la rueda de circulación de dinero. Como ambos partidos aunque con diversas estrategias rinden su defensa a la misma lógica del capital financier, la única alternativa es la organización política independiente de la clase trabajadora, fuera de los partidos burgueses y pequeñoburgueses.
Trump ya lo dijo: la clase trabajadora sufrirá. La única opción es organizarse y resistir, o sucumbir ante el avance del capitalismo ultranacionalista o su régimen principal que es el pulpo de Wall Street.