Cumbre de los BRICS no destaca la lucha de la clase obrera contra el imperialismo

Por Isabelino Montes

Esta semana, la cumbre de los países emergentes BRICS+ ha retomado su agenda. Este grupo, constituido como un espacio internacional alternativo al G7, integrado por otras potencias económicas, se ha posicionado como un bloque opuesto a las tradicionales potencias económicas occidentales desde su inicio en 2006, y cuya primera cumbre fue en 2009. Desde entonces, la cumbre ha reincorporado a países de América Latina y concentró sus discusiones en los primeros días de está cumbre en las guerras imperialistas en Oriente Medio y Europa, específicamente las guerras entre Ucrania y Rusia, y el genocidio de Israel en Palestina y Líbano.

Los miembros de la cumbre destacaron la necesidad de comenzar negociaciones de paz en los países en conflicto. El presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, han sido algunas de las figuras más prominentes en este discurso. Lula recalcó: "En el momento que enfrentamos dos guerras con el potencial de volverse globales, es fundamental rescatar nuestra capacidad de trabajar juntos en pro de objetivos comunes". Por su parte, Xi Jinping hizo un llamado a la "pronta desescalada en Ucrania y el cese de las hostilidades en la Franja de Gaza y el Líbano". Además, en un hecho inédito, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, exigió un "alto el fuego inmediato y permanente en Palestina y Líbano", siendo esta la primera vez que un mandatario iraní participa en un plenario de los BRICS.

Este polo de países emergentes ha promovido discursos a favor de la paz en los territorios en conflicto, en contraste con las posturas del presidente de Israel y de Ucrania, quienes buscan perpetuar la guerra. Mientras tanto, Estados Unidos sigue jugando un papel ambiguo: aunque ha pedido públicamente a Israel que detenga los bombardeos, continúa suministrando y vendiendo armas a dicho país. De hecho, tras declarar su alianza total con el gobierno de Israel y recibir a su presidente en el Congreso, en lugar de acusarlo de crímenes de guerra como lo han denunciado la mayoría de los países del mundo, Washington ha optado por retomar una retórica de paz, sin tomar acciones efectivas para detener el genocidio israelí.

Esta doble moral de EE.UU. está directamente relacionada con los intereses económicos y militares de los sectores más poderosos de su gobierno. No es un secreto que tanto los demócratas como los republicanos tienen vínculos con la industria armamentista y que sus intereses en la región del conflicto están ligados a la distribución del petróleo, el gas natural y a zonas de alto valor estratégico para la producción de energías renovables.

Si bien los BRICS se presentan como un grupo de países más inclusivo que el G7, muchos sectores de izquierda los colocan erróneamente en una posición revolucionaria. En realidad, este bloque de países emergentes opera dentro de la lógica del capitalismo global. A diferencia del bloque soviético, que en su momento promovió la abolición del capitalismo, la socialización de los medios de producción y la construcción de un estado obrero, los BRICS no buscan transformar el sistema capitalista ni impulsar una toma del poder por parte de la clase trabajadora a nivel mundial.

Es importante recordar el contexto histórico del que proviene el bloque soviético. Los países socialistas del bloque soviético, aunque también eran polos opuestos a los países capitalistas, se distinguieron por la creación de economías planificadas y por el control obrero de los medios de producción. En cambio, los BRICS no promueven un sistema de cooperación económica socialista; sus objetivos económicos están claramente alineados con las dinámicas del mercado capitalista global.

Mientras que la Unión Soviética y sus aliados apoyaron directamente los movimientos de liberación nacional en el Tercer Mundo con el objetivo de fortalecer la toma del poder por la clase obrera, los BRICS han evitado cualquier forma de apoyo a los movimientos obreros o antiimperialistas en la misma escala. Desde su primera cumbre en 2009, nunca han expresado interés en avanzar una agenda revolucionaria internacional.

Aunque los BRICS se oponen al imperialismo, lo hacen principalmente contra el imperialismo estadounidense, no contra el sistema capitalista en su conjunto. Históricamente, es difícil imaginar un "capitalismo sin imperialismo", ya que ambos conceptos están profundamente entrelazados. Por lo tanto, los BRICS son simplemente otra parte de la estructura de estados capitalistas a nivel mundial, su enfoque es establecer un orden multipolar, pero no un cambio revolucionario dirigido por la clase trabajadora.

La lucha por la paz en Israel y Ucrania promovida por los BRICS es importante, pero no debe obviarse la resistencia obrera en otras partes del mundo que van directamente a detener el problema del asunto. Un ejemplo de esto es la reciente acción de los trabajadores/as griegos, quienes paralizaron el puerto de Pireo y detuvieron el envío de armas a Israel. El cargamento, transportado por PCT, una subsidiaria de COSCO Shipping Ports Limited —propiedad del estado chino—, incluía 21 toneladas de municiones. Esto pone en duda si empresas chinas siguen haciendo negocios con Israel, a pesar de que COSCO había anunciado la suspensión de sus envíos por los ataques hutíes en el Mar Rojo.

El ejemplo de la Unión de Trabajadores/as de Manipulación de Contenedores (ENEDEP) en Grecia, que bloqueó este envío en solidaridad con los palestinos, es un acto de lucha obrera contra las guerras imperialistas que debe replicarse en otros países, incluidos aquellos que forman parte del bloque BRICS.

Solo mediante acciones coordinadas por la clase trabajadora, se podrá detener la maquinaria de guerra imperialista, ya sea promovida por EE.UU., los BRICS o cualquier otro bloque de poder. La verdadera fuerza política revolucionaria no vendrá de gobiernos burgueses ni de alianzas capitalistas emergentes, sino de la clase trabajadora unida internacionalmente bajo la dirección política de sus propios intereses. Solo así se podrá detener la brutalidad de las guerras imperialistas, vengan de donde vengan.

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