Fin de las elecciones : Ahora Por Una Verdadera Alianza de la Clase Trabajadora en Puerto Rico
Por Isabelino Montes
El ciclo electoral ha terminado y, como en cada ocasión, el país vuelve a una aparente normalidad que solo reafirma una verdad dolorosa: sin una organización política independiente de la clase trabajadora, separada de los partidos de la burguesía, no avanzaremos. Al hablar del colapso del bipartidismo, no se hace referencia a su desaparición, sino a su evidente estancamiento ideológico, incapaz de impulsar un progreso real para las masas trabajadoras, como ha quedado demostrado en años de corrupción.
Es ilusorio pensar que el bipartidismo se puede vencer con acciones políticas aisladas. No funciona así. El bipartidismo tiene su propia ideología y esta es fundamentalmente burguesa. En Puerto Rico, además, se refleja en la perpetuación del estatus colonial. Aun hoy, gran parte del pueblo confía en que Estados Unidos, un país con problemas tan graves que hasta su nuevo presidente Donald Trump que enfrenta procesos judiciales, protege nuestros intereses al otorgarnos fondos federales. Sin embargo, la reciente Alianza entre el PIP y el MVC fracasó en explicar de manera clara y contundente el origen de esos fondos, y el PNP y el PPD aprovecharon esa debilidad. La discusión se centró en cómo administrar esos fondos, sin tocar el tema de su verdadero origen: el trabajo diario de la clase obrera que genera las riquezas.
Esta ausencia de una base ideológica clara fue lo que debilitó a la Alianza. Sin un marco ideológico de clase, era inevitable que el PNP y el PPD salieran victoriosos en una contienda arreglada a su favor. Ganaron, sí, pero a base de mentiras y miedo. Así, aunque triunfan formalmente, están muertos ideológicamente. La Alianza, por su parte, no fue más que un cuerpo sin cabeza, un esfuerzo sin sustancia ideológica que resultó incapaz de hacer frente al bipartidismo en el terreno de las ideas.
El PIP, en particular, obtuvo una victoria a medias. Al aceptar los términos coloniales que dictó el MVC, perdió la oportunidad de diferenciarse ideológicamente del bipartidismo y de educar al pueblo sobre el carácter de los fondos federales. Esta hubiera sido la ocasión perfecta para explicar que la clase trabajadora es quien realmente los produce, y no el bipartidismo de Washington. Sin embargo, aunque fue el que llegó más lejos, el PIP también fracasó en articular esta visión de clase.
A pesar de todo, el pueblo trabajador de Puerto Rico no debe sentirse avergonzado. Al contrario, incluso dentro de esta democracia burguesa plagada de trabas, la clase trabajadora logró, a duras penas, sacar la cabeza del agua para respirar, y se ubicó junto a dos partidos corruptos que llevan años manipulando la realidad colonial. La vergüenza debe recaer en el PNP y el PPD, quienes, aún después de décadas de mentiras y corrupción, seguirán gobernando sin un rumbo claro y sin nada que ofrecer para el avance de la clase trabajadora.
La clase trabajadora consciente, sin embargo, ha salido victoriosa. La llama de la conciencia política ha despertado, y el Puerto Rico que se aferraba a las falsas promesas del bipartidismo quedó atrás. Ahora, al término de este proceso electoral, la clase trabajadora no debe dejarse llevar por ilusiones electorales; nuestra lucha debe ir más allá de las urnas. Es el momento de unirse a organizaciones que fortalezcan la conciencia de clase y ofrezcan formación política para que el poder esté en manos de los trabajadores.
Las alianzas sin una visión de clase quedaron al descubierto. La lucha debe ir más allá de las calles, hacia un proceso organizativo sólido desde la perspectiva de clase trabajadora. Empecemos por articular denuncias claras del sistema capitalista, exponiéndolo desde la mirada obrera. Así, no solo analizaremos el funcionamiento de esta democracia burguesa y el robo que representa la apropiación de nuestra fuerza de trabajo, sino que también impulsaremos la organización política de la clase trabajadora.
Nexo Revolucionario Media surge precisamente para eso. En este despliegue de trabajadores/as conscientes, no debemos flaquear; nuestro aporte a un proyecto mediático y político desde nuestra perspectiva como clase trabajadora apenas comienza. No bajemos la guardia, pues lo sucedido en Puerto Rico ha sido histórico para el despertar de la conciencia de clase. Hemos demostrado que, incluso sin una alianza auténtica, pudimos plantar cara al bipartidismo. Ahora es el momento de organizarnos políticamente en una verdadera alianza de clase trabajadora para construir un programa político desde nuestras bases. La política no ocurre cada cuatro años; aprovechemos el gran paso que hemos dado y no permitamos que la lucha se enfríe.