La Culpa es Huérfana: El Impacto Devastador de la Privatización del Servicio Eléctrico en Puerto Rico

por Isabelino Montes

El deterioro en la gestión de la producción energética en Puerto Rico ha alcanzado niveles alarmantes, desencadenando tensiones entre la población y los trabajadores de Luma Energy. La privatización del servicio eléctrico, impulsada por los administradores coloniales y las empresas capitalistas, ha dejado al país en una crisis energética profunda.

LUMA Energy, la empresa privada encargada del mantenimiento y distribución de la energía eléctrica, ha sido blanco de críticas debido a su mal manejo administrativo y la interrupción constante del servicio. Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en los trabajadores de la empresa, sino en la lógica capitalista que prioriza las ganancias sobre las necesidades esenciales del pueblo. El conflicto principal radica en la contradicción inherente al capitalismo: la generación de ganancias versus la cobertura de necesidades básicas.

La falta de transparencia por parte de Luma Energy y la complicidad del gobierno colonial han exacerbado la situación. La privatización del servicio eléctrico fue vendida al pueblo como una mejora necesaria, cuando en realidad se trató de una estrategia para beneficiar a las empresas capitalistas a expensas de los ciudadanos. La base del proceso de privatización incluyó la reducción del personal en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la eliminación de beneficios laborales y el abandono de las infraestructuras eléctricas. Estos son ejemplos claros de cómo se ha priorizado el interés económico privado sobre el bienestar público y un buen servicio eléctrico.

Además, los medios de comunicación, controlados por la burguesía, también jugaron un papel crucial en manipular la opinión pública a favor de la privatización, contribuyendo al desmantelamiento del sistema eléctrico estatal. Las advertencias de los trabajadores de la UTIER sobre el abandono del sistema eléctrico fueron ignoradas, y hoy la ineficacia de Luma se pone de manifiesto con casos como el del transformador en Santa Isabel, que costó $4.5 millones en su traslado al municipio y no funciona. La respuesta de Luma, caracterizada por la inacción y el retraso en las reparaciones, responde a su objetivo de maximizar ganancias con mínimas inversiones, esperando los fondos de FEMA para cubrir sus responsabilidades.

Transformador de LUMA Energy en el Puerto de Ponce 📸 Gobierno Municipal de Ponce

La reciente controversia en Maunabo, donde el alcalde Ángel Omar Lafuente Amaro se opone al traslado de un transformador vital para las comunidades del municipio, ilustra la desprotección de las comunidades ante decisiones corporativas. Desde el huracán María en 2017, el sistema eléctrico en la isla ha estado en un estado crítico, afectando principalmente a las comunidades más vulnerables. Esto ha hecho que estos transformadores sean pieza clave para electrificar ciertas áreas.

El colapso del sistema eléctrico es una muestra de la crisis del capitalismo como modelo de progreso para Puerto Rico. Luma Energy y los partidos políticos que facilitaron su entrada son los principales responsables, no los trabajadores. La unidad de la clase trabajadora y las comunidades es esencial para enfrentar esta crisis. Los trabajadores de Luma deben solidarizarse con el pueblo y anteponer las necesidades comunitarias a los intereses de la empresa.

Finalmente, es imperativo señalar el papel de los medios de comunicación burgueses en la promoción de la privatización, manipulando la opinión pública para favorecer intereses capitalistas. La clase trabajadora, cansada ya de esta situación, debe consolidar una fuerza ideológica unida para crear sus propios medios de comunicación y contrarrestar esta influencia perjudicial.

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