Huelga Portuaria en EE.UU.: Las Repercusiones para Puerto Rico y la Lucha Obrera Internacional
Por Bianca Morales
Mientras el espectáculo electoral bipartidista en Estados Unidos sigue su curso, los/as trabajadores/as portuarios de la costa este de ese país se preparan para paralizar sus labores. Las implicaciones de esta huelga son monumentales: cerca de la mitad de todas las importaciones y exportaciones de EE.UU. se verían afectadas. Sectores clave de la economía, como la agricultura y las industrias manufactureras, podrían enfrentar un colapso si los capitalistas mantienen su intransigencia y se niegan a negociar con los sindicatos.
El conflicto central de esta huelga radica en la exigencia de un nuevo convenio colectivo que ajuste los salarios a la realidad económica actual, marcada por un constante aumento en el costo de vida. El convenio entre la International Longshoremen's Association (ILA) y la United Maritime Alliance (USMX) está a punto de expirar, y los gremios sindicales están decididos a luchar contra las condiciones desfavorables que los empresarios portuarios quieren imponer.
Esta lucha no solo es económica, sino también política. Los sindicatos involucrados están históricamente vinculados al Partido Demócrata, lo que incrementa la presión en pleno ambiente electoral. Kamala Harris, como parte de su estrategia oportunista de campaña, ha expresado su apoyo a los trabajadores. Sin embargo, esta huelga será su primera gran prueba para demostrar si su retórica en favor de los trabajadores puede materializarse en una acción concreta que beneficie a los portuarios en huelga. En contraste, Donald Trump ha dejado clara su postura: no tiene interés en escuchar las demandas de los trabajadores y, junto con el magnate Elon Musk, ha sugerido que despediría a los empleados que se atrevan a protestar.
Para la clase trabajadora, ninguno de los partidos principales representa sus intereses, pese a sus discursos. Ambos partidos están alineados con los empresarios capitalistas. Los trabajadores no solo están luchando por un aumento salarial, sino también por detener la automatización de los procesos portuarios, que amenaza con reducir drásticamente los empleos. Las empresas, en su afán por competir en el mercado internacional, particularmente con China, buscan la automatización como una forma de abaratar costos y aumentar la producción.
Mientras los medios masivos de comunicación evitan estos temas cruciales, la verdadera lucha radica en cómo la competencia capitalista mundial afecta directamente la vida de los trabajadores. La automatización, vista desde una perspectiva capitalista, es una manera de reducir el costo de la mano de obra. Desde la perspectiva obrera, esto significa una disminución de los salarios y la pérdida de empleos.
Es en esta contradicción irreconciliable entre los intereses del capital y del trabajo que surge el conflicto. Los capitalistas buscan aumentar sus márgenes de ganancia a través de la automatización y la reducción de costos, mientras que los trabajadores luchan por mantener su única fuente de subsistencia: el salario. La lucha de los estibadores portuarios es, en esencia, una batalla contra la desvalorización de su fuerza laboral.
Después de la pandemia, muchas empresas portuarias recibieron apoyo financiero del gobierno a través de programas como el Paycheck Protection Program (PPP). Esos fondos fueron supuestamente diseñados para mantener la infraestructura crítica en funcionamiento durante la crisis sanitaria, pero también aceleraron la automatización, lo que resultó en un aumento de las ganancias para las empresas. Sin embargo, en la restauración pospandemia, esas mismas compañías buscan maximizar aún más sus márgenes de ganancia a expensas de los trabajadores.
Si esta huelga se materializa y los puertos de la costa este de EE.UU. se paralizan, Puerto Rico se vería gravemente afectado. La situación pone en el centro del debate las leyes de cabotaje, específicamente la Ley Jones de 1920. Esta ley obliga a Puerto Rico a depender del transporte marítimo exclusivo de barcos construidos en EE.UU., operados por ciudadanos estadounidenses. En un escenario de cierre de puertos, los costos de importación para Puerto Rico, ya de por sí altos debido a las leyes de cabotaje, aumentarían aún más.
Puerto Rico no tiene la capacidad legal para buscar soluciones inmediatas si los puertos en EE.UU. cierran, y la mayoría de los suministros de la isla dependen de esas rutas marítimas. Las leyes de cabotaje, obsoletas y defendidas por sectores de la élite política puertorriqueña, como la candidata a la gobernación Jennifer González, agravan la situación. Estas leyes no solo limitan el acceso a mercados internacionales más competitivos, sino que perpetúan la dependencia económica de Puerto Rico con Estados Unidos.
El circo electoral en Puerto Rico, al igual que en Estados Unidos, ignora estos temas cruciales que afectan directamente la seguridad y la economía de la isla. Ni los políticos locales ni los federales tienen el valor de debatir sobre las leyes de cabotaje o la dependencia de la isla, perpetuando así la opresión económica del pueblo.
Ante esta falta de respeto hacia la clase trabajadora, los portuarios de Puerto Rico deben solidarizarse internacionalmente con sus compañeros en huelga en EE.UU. Aunque los sindicatos locales no están directamente involucrados, los efectos de la huelga se sentirán en la isla. La paralización en Estados Unidos significaría una paralización en Puerto Rico. Esta es, por tanto, una lucha conjunta, una lucha por la supervivencia de los trabajadores de ambos lados del Atlántico.
El apoyo de los trabajadores portuarios de Puerto Rico podría ser el inicio de una unidad política que revitalice el carácter democrático de las luchas obreras. Las leyes de cabotaje no solo deben derogarse, sino que la política portuaria debe girar en torno a los intereses de la clase trabajadora. La solidaridad y la organización política internacional son esenciales en esta lucha. Lo que está en juego no es solo un salario o una huelga, sino la dignidad y el futuro de la clase trabajadora en ambos territorios.