Entrevista Max Louis Therese: El Llamado a la Protesta de Martinica ante el Colonialismo y el Aumento del Costo de Vida
Por Redacción Nexo Revolucionario
En Nexo Revolucionario hemos seguido de cerca la situación crítica que atraviesa el pueblo martiqueño debido al aumento insostenible del costo de vida, un problema que se relaciona directamente con el colonialismo. Mientras en Puerto Rico se evita hablar del tema en el escenario electoral, posponiéndolo para cuando los partidos alternos se posicionen como administradores coloniales, en Martinica se traza una línea clara. El mensaje es contundente: no importa cuál sea el acuerdo con la metrópoli, los intereses de los países ricos están bien posicionados y priorizados. Esta es la realidad que nos describe Max Louis Therese, dirigente político en Martinica, en una entrevista exclusiva.
Max destaca los intereses capitalistas locales de Martinica, estrechamente vinculados a empresarios franceses y sus representantes políticos. "Esta crisis es muy difícil para los martiqueños porque los principales intereses en Martinica, aquellos que controlan los negocios de alimentación, de autos, de servicios, entre otros, están en manos privadas. El 80% pertenece a una pequeña familia con concesiones en Francia", explicó Max en la entrevista. A pesar de este panorama, resaltó que las juventudes de Martinica están alzando su voz, exigiendo un cambio ante la imposibilidad de vivir dignamente con los altos costos actuales.
La situación en Martinica es casi idéntica a la de Puerto Rico, ya que ambos dependen de importaciones que resultan más rentables para las empresas capitalistas extranjeras que fomentar medios de producción propios. En Martinica, al igual que en Puerto Rico y muchas otras islas, a los imperios como Francia y Estados Unidos les conviene mantener estas zonas dependientes de las importaciones. "En el nuevo colonialismo, ya no tenemos cadenas en los pies, pero ellos saben que dependemos de sus barcos para que lleguen los sustentos necesarios para vivir", comentó Max. Con esta afirmación, se refiere a las ataduras coloniales que benefician a los importadores capitalistas franceses, subrayando la necesidad urgente de que los martiqueños tomen control de los medios de producción, incluidos los puertos y los barcos, para reorganizar su economía en función de los intereses de la mayoría trabajadora, que sufre el mayor impacto del aumento en el costo de los productos básicos.
La cadena de producción y distribución colonial de Martinica está directamente atada al capital francés, y el alza en los costos de los bienes de primera necesidad es consecuencia de esta dependencia. El valor de los productos aumenta debido a que, para llegar a Martinica, deben pasar por hasta catorce puertos diferentes antes de desembarcar en la isla antillana. Este encarecimiento refleja, casi como un espejo, lo que ocurre en Puerto Rico con las leyes de cabotaje.
Esta es la realidad de los países antillanos y caribeños, una realidad que no puede dejarse en manos de intereses privados, ya que estos buscarán siempre maximizar sus ganancias personales en función de la inversión realizada. No es una cuestión moral, sino una necesidad inherente al capitalismo. Por ello, es igualmente esencial que la clase trabajadora cuente con sus propios medios de producción para planificar de manera más equitativa la economía.
En Puerto Rico, los partidos tradicionales insisten en depender de los mismos capitalistas estadounidenses, aunque hasta muchos de ellos proponen abrir el mercado a otros destinos, como ocurre dentro del mismo Estados Unidos. Sin embargo, la Alianza del PIP y MVC evita abordar el tema de la independencia, a pesar de que es una necesidad para implementar su programa de mejoras territoriales bajo el concepto de "Patria Nueva". Martinica también nos envía un mensaje claro: resolver el estatus colonial es, de hecho, una prioridad.