La 'Edad Dorada' de Trump: Un Nuevo Renacer para los Billonarios, a Costo de la Clase Trabajadora

Por Manuel Colón

"No hay nada de élite en quienes controlan el sistema. Son personas despiadadas que buscan protegerse a sí mismos, no a ti."

"Estamos construyendo un movimiento de amor por nuestra nación y por los trabajadores que hacen que este país funcione."

¿Qué les parecen estas citas? Podrían parecer de alguien que defiende los intereses de la clase trabajadora, de esa mayoría que produce las riquezas de los capitalistas. Al leerlas, suenan como las palabras que podría usar un agitador político frente a una marcha por los derechos de los trabajadores o un paro general. Pero no. Son citas del ahora presidente por segundo término, Donald J. Trump, tomadas de discursos durante su segunda campaña en 2020.

Con esta retórica, la clase trabajadora en Estados Unidos ha sido nuevamente engañada, cayendo en el discurso fraudulento del populismo trumpista. Durante su campaña presidencial, el entonces candidato Donald Trump se presentó como el defensor de los desposeídos, el paladín de la clase trabajadora, supuestamente abandonada por las élites representadas en el Partido Demócrata bajo la administración de Joe Biden. 

No nos engañemos: bajo la administración de Biden, estos mismos capitalistas sumaron billones a sus arcas. Pero aun así, el presidente Biden dio una voz de alerta en su último mensaje a la nación, donde señala a una nueva oligarquía tecnológica que comandará a Estados Unidos bajo la administración de Trump. La advertencia de Biden, aunque engañosa, no está fuera de la realidad, ya que el apoyo a estos mismos billonarios durante su mandato no está fuera de lo común.

Al igual que el Partido Republicano, ahora liderado por Trump, los demócratas hicieron promesas falsas a la clase trabajadora, como la eliminación de la deuda estudiantil. Pero todo resultó ser un engaño, incumpliendo con gran parte de sus electores. Ante esta decepción con los demócratas, los altos costos de vida para la clase trabajadora y el enriquecimiento de los multimillonarios, Kamala Harris perdió las elecciones, y Trump ganó abrumadoramente las pasadas elecciones.

Hoy, Donald J. Trump juramentó como el presidente número 47 de los Estados Unidos de América. Comenzó su inauguración destacando: "La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo", marcando lo que definió como un nuevo capítulo para el país. Pero la pregunta es: ¿quién se beneficiará de esta "edad de oro" que comienza bajo la administración de Trump? ¿La clase trabajadora a la que apeló durante su campaña o los capitalistas billonarios que financiaron su campaña presidencial y su inauguración?

La imagen de la inauguración presidencial, que tuvo lugar dentro del Capitolio debido al frío invernal en Washington, puede servir como una metáfora que responde a la pregunta anterior. Mientras decenas de miles de personas estaban afuera soportando temperaturas de 20 grados Fahrenheit, Trump estaba rodeado, en un salón cálido y cómodo, por sus nuevos mejores amigos y los verdaderos poderes detrás de su administración. Junto a él, sentados en el estrado, se encontraban Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, con una fortuna estimada en $448.5 mil millones; Jeff Bezos, fundador de Amazon, con $244.9 mil millones; Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platforms, con $216.7 mil millones; y Sundar Pichai, CEO de Alphabet Inc. (Google), con $174.1 mil millones. La suma de sus fortunas alcanza un total de un trillón de dólares.

Esta es la verdadera clase a la que Trump juró lealtad en el día de hoy. Que no haya malinterpretaciones: Estados Unidos siempre ha sido comandado por la clase capitalista, aunque de manera más discreta, detrás de las cortinas. En esta nueva etapa, los oligarcas de la tecnología están literalmente sentados junto al recién juramentado presidente Trump durante su mensaje inaugural.

Mientras en su campaña política Trump señalaba a la clase capitalista como despiadada, que busca protegerse a sí misma, hoy, en la inauguración, los elevó al poder como presidente de Estados Unidos. Pero no solo durante la inauguración, Trump también acogió a los magnates de la criptomoneda en las actividades previas.

Además de los magnates de la tecnología, la inteligencia artificial y las redes sociales, los magnates de las criptomonedas están bien abrazados por la nueva administración de Trump. El pasado 17 de enero, llevó a cabo una gran gala auspiciada por David Sacks, el magnate capitalista y nuevo asignado "Czar" del AI y las criptomonedas por Trump. En esta gala, donde la entrada tenía un costo de un millón de dólares, se invitó a los magnates de empresas de criptomonedas como BTC Inc., Stand With Crypto, Exodus, Anchorage Digital, Kraken, Coinbase, MicroStrategy, Galaxy Digital, Sui, Mysten Labs, Solana y Uniswap Labs. Antes de juramentar, Trump lanzó al mercado su propia moneda, TrumpCoin, que amasó cerca de 50 billones de dólares en pocas horas.

¿Son estos los trabajadores y trabajadoras a los que Trump dirigió su campaña? Claramente, la era dorada de la administración de Trump estará directamente dirigida por los capitalistas, pero también administrada por ellos y a favor de estos. La pregunta es: ¿de dónde saldrá el dinero que seguirán sumando estos capitalistas? Del trabajo de la clase trabajadora, su esfuerzo, sudor y empobrecimiento por la explotación.

Este apoyo y elevación a un quasi comité administrativo de los capitalistas de la tecnología, inteligencia artificial y las criptomonedas no es por casualidad. Durante la campaña presidencial de 2024, estos dos sectores donaron, a través de comités de acción política (PACs, por sus siglas en inglés), un total de 500 millones de dólares. Elon Musk, que por sí solo donó alrededor de 300 millones de dólares, estuvo presente en los mítines políticos regalando un millón de dólares a electores que salieran a votar por Trump y usó su nueva adquirida plataforma X (siempre será Twitter) para empujar el algoritmo a contenido y anuncios pro-Trump, comprando su acceso directo a la presidencia de Estados Unidos con un puesto donde pretende recortar miles de millones de dólares al gobierno federal.

Junto a Musk, las empresas de criptomonedas donaron a la campaña donaciones que superan los 200 millones de dólares, superando con gran margen a cualquier otra industria en Estados Unidos.

También, para pagar su entrada a la nueva era de Trump, Zuckerberg y Bezos donaron respectivamente un millón de dólares para la inauguración de hoy.

Nos replanteamos la pregunta: ante toda esta fiesta de billonarios celebrando al presidente número 47 Donald Trump y su campaña "Make America Great Again", es evidente que su administración no priorizará los intereses de la mayoría trabajadora, que fueron los que masivamente votaron por Trump, superando las divisiones raciales y étnicas. Tanto blancos, afroamericanos y latinos de la clase trabajadora apostaron por Trump, pero él no representará sus intereses, porque los billonarios ya compraron su acceso y poder a fuerza de dinero.

¿Qué propondrán estos capitalistas? Ya lo han planteado públicamente: recortar fondos federales que sirven directamente a los sectores más vulnerables y empobrecidos de Estados Unidos, impulsar la automatización de industrias importantes a través de la inteligencia artificial, lo que desplazará a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras.

Pero también, dentro de su discurso inaugural, Trump tomó una posición proteccionista sobre la economía y la imigración , amenazando con cerrar la frontera, deportar inmigrantes y con imponer tarifas e impuestos a las mercancías importadas, lo que irónicamente tiene la capacidad de aumentar la importación y el costo de las mercancías en Estados Unidos, empobreciendo aún más a la clase trabajadora.

Hay que destacar, además, la retórica expansionista e imperialista de Trump en su mensaje inaugural, invocando el destino manifiesto para hacer a Estados Unidos más grande aún. Desde cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América, hasta tomar nuevamente el control y la administración del Canal de Panamá, e incluso amenazar al gobierno de México con una posible invasión, justificándose con la guerra contra los carteles de narcotráfico.

Ante este escenario, ¿qué podemos plantear como una alternativa organizativa de resistencia, organización y lucha que represente a la clase trabajadora? ¿El Partido Demócrata? Claro que no, debemos repensar la manera de organizarnos, donde se discutan seriamente los siglos de división racial, étnica y religiosa de este país y organizarnos en torno a lo que nos une como clase trabajadora. Si Trump logró crear, a base de engaños, miedos, manipulación  y demagogia, un movimiento electoral (MAGA) que girara en torno a su figura, tenemos que plantearnos la posibilidad de organizar un movimiento de masas independiente de los partidos que representan a los capitalistas y que represente los intereses de la clase trabajadora, es posible. Donde sea nuestra clase, que produce las riquezas de este país, construyamos una sociedad justa que funcione en beneficio de las mayorías y no para enriquecer a los capitalistas.

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